jueves, 31 de marzo de 2022

ÁNGEL SÁNCHEZ DISERTA SOBRE LAS CONSTITUCIONES DEL SIGLO XIX


 La parte ilustrada de nuestra reunión del pasado 30 de marzo corrió a cargo de nuestro socio Ángel Sánchez, que nos ofreció una presentación muy trabajada de una materia que domina con maestría. Se trata del prolijo proceso constitucional de la España del siglo XIX y primera parte del XX, que contó con casi una docena de textos y proyectos de leyes fundamentales entre constituciones y cartas otorgadas, promulgadas o que quedaron por promulgar. Todo un alarde de producción legislativa que habla a las claras del periodo tan convulso que sufrió nuestro país, con guerras intestinas y de liberación, pérdida de colonias, cambios de dinastías, revoluciones, pronunciamientos, ensayos republicanos, dictaduras y crisis económicas,  entre otras bagatelas. Tan interesante y variada exposición tuvo lugar en el local del Centro Cívico Castaños que a todos nos sorprendió por sus estupendas instalaciones alojadas en el bonito edificio que anteriormente fue plaza del mercado.
Sin salir de ese entorno, la comida de confraternización  posterior la celebramos en el Fogón de Beni, con un sugestivo menú compuesto de un ragout de alubias pochas con alcachofas y paletilla, merluza rellena de salmón ahumado y, de postre,  goxua. 



sábado, 26 de marzo de 2022

AGRADECIMIENTO DEL HERMANO VENANCIO ECHEVARRÍA

Como ya comentamos con anterioridad, al dejarse de publicar el boletín de El 7.80, nuestro grupo decidió que el mejor destino que se podía dar a los excedentes de los pagos por suscripción que habíamos hecho era destinarlos a las actividades caritativas que el hijo de nuestro añorado Alberto (q.e.p.d.) viene desarrollando como Padre Blanco. Ahora el Hermano Venancio nos dirige un sentido mensaje de agradecimiento, así como una descripción del surgimiento de su vocación y de sus beneméritas tareas, que reproducimos íntegramente para conocimiento de todos:


Hno. Venancio Echevarria Portell (Padre Blanco, Misionero de Africa)

Mi vocación como Padre Blanco. 

Ya desde el tiempo de infancia tuve un interés especial por ayudar a los más desfavorecidos de la Sociedad. También entonces leía con cierta asiduidad revistas de misioneros que regularmente llegaban a casa. En el colegio, me incluía entre los niños que de manera voluntaria participaban en las actividades religiosas que ahí se organizaban. Más tarde también me inscribí para recibir el sacramento de la confirmación en nuestra parroquia de Bilbao, del Corpus Christi y así fue que, ya en la Universidad haciendo la carrera de derecho en la especialidad jurídico económica, conocí a los Misioneros Padres Blancos, que a la sazón tenían una casa de animación vocacional en el barrio de Zurbaranbarri. De mis encuentros con los Padres Blancos surgió mi primer compromiso de tres años en la fórmula de misionero laico. Para ello hice un año preparatorio en una de sus casas en Madrid con la oportunidad de tener la experiencia de la vida religiosa y de comunidad. También había dado palabra a mi padre que antes de marchar a Africa habría de tener la carrera completada. Teniendo aún una de las asignaturas colgadas y la licenciatura pendiente tuve que pisar el acelerador. No exento de motivación todo salió bien, finalmente pudiendo cumplir con el deseo de mi padre y también recibiendo la aceptación de los Padres Blancos en Madrid para emprender mi andadura en tierra de misión. Mi nombramiento no se hizo esperar de viajar a Tanzania país situado en el Africa del Este. Fue mi primera inmersión en el continente africano y con tesón aprendí y llegué a ser fluido en la lengua Swahili. Mi trabajo consistió en ayudar en un proyecto de atención a los niños de la calle en Dar es Salaam. Así transcurrieron los tres años de una rica experiencia personal y de entrega. Posiblemente no había llegado a madurar aún en una vocación religiosa de por vida y por ello decidí volver a casa e iniciar una vida digamos más normal de trabajar y casarse. Trabajar efectivamente así lo hice en un principio auspiciado por mi hermano abogado y Api con despacho propio y también por mi padre que entonces ya se había iniciado en su carrera de emprendedor inmobiliario tras su jubilación en el Banco Bilbao que ocurrió coincidiendo con la primera fusión con el Vizcaya. Más adelante encontré mi nicho laboral como autónomo colegiándome como Administrador de Fincas y en esto de gestionar las comunidades de vecinos me metí muy a fondo con Barakaldo como primera referencia. Para abrirme camino he de recordar una vez más a mi padre Alberto tomando un papel de mecenas ayudándome con sus contactos.  Un comercial de lujo. El nuevo despacho ciertamente creció en volumen y en número de empleados contando con cuatro personas con contrato laboral fijo. Llegado a un cierto momento, había cumplido justamente los 40. Dicen que a esta edad suele ser: “ahora o nunca” justo,entonces, algo sorprendente para muchos, quizá no tanto para mí, pues había albergado en mi interior esta posibilidad, llamé nuevamente a la puerta de  los Padres Blancos. Las nuevas conversaciones mantenidas con sus superiores, al principio con cierta discreción, tuvieron como fruto que esta vez iniciara la formación completa encaminada a ser miembro completo y de por vida de la congregación en la vocación de hermano (no sacerdote), pues existen las dos opciones según el personal discernimiento. Tras dos años en Madrid aplicándome al estudio de la filosofía fui aceptado al año de Noviciado que lo hice en Burkina Faso con estudiantes padres blancos venidos de distintos continentes. A su término me nombraron a Uganda para una experiencia de trabajo pastoral de tres años que la desarrollé en un centro de jóvenes en la capital Kampala. Muy al estilo salesiano con talleres profesionales y actividades juveniles deportivas y artísticas. Cumplidos los tres años en Kampala continué mis estudios en Nairobi, Kenia en un centro de formación de la congregación en una comunidad internacional con estudiantes. Por razón de la específica vocación como hermano que antes he mencionado se me propuso como curriculum  cursar un solo año de teología completado después, en una Universidad de Nairobi, un Masters en Ministerio Social y gestión de proyectos, habiendo considerado mi anterior grado como  licenciado en derecho económico en la Universidad. El contenido de la defensa de mi tesis consistió en cómo combatir el desempleo juvenil en Africa proponiendo el emprendimiento y el cooperativismo como estrategias de primer orden, no en vano yo mismo había trabajado como autónomo, se recuerda en las administraciones de fincas. Total 9 años de formación, a mi edad!. Mi nombramiento está vez ya como miembro pleno de la congregación fue otra vez en Uganda, pero esta vez en la exuberante de vegetación la ciudad de Jinja, donde se encuentra,  por lo menos una de las fuentes del río Nilo. Ahí me incorporé a un equipo de formación de jóvenes africanos que igualmente ellos se forman para ser miembros de la congregación. Responsabilidades no me faltaron al pedirme que me encargara, no sólo el economato de la casa de formación con casi 40 estudiantes, sino además de la administración del Instituto de filosofía y ciencias sociales, que es un consorcio de varias congregaciones fundacionales, con reconocimiento académico universitario afiliado a una Universidad católica en Uganda. A la vez impartía clases con temas relacionados con el desarrollo, la globalización etc. Una labor muy gratificante, esta de enseñar, a la vez que también emprendí iniciativas con proyectos de desarrollo, entre ellos, la constitución de una cooperativa de ahorro y crédito que consiguió su legación e inscripción en el registro de cooperativas en Uganda, también un proyecto de formación y startups a jóvenes emprendedores, que ha tenido continuidad con tres ediciones, proyecto adoptado por la organización Manos Unidas. La organización de actividades deportivas para jóvenes con el patrocinio de un club local de fútbol han sido también parte de mi agenda.  En conclusión, he estado en Jinja dos ciclos de 3 años, 6 años en total que son 9 si se suman los anteriormente cumplidos en el centro de jóvenes arriba mencionado. Mi nuevo nombramiento ha sido esta vez para estar en España y formar parte de la comunidad de Padres Blancos en Roquetas de Mar, Almería, en un proyecto de acogida y ayuda a la integración de inmigrantes africanos que como es conocido y noticia de actualidad llegan a España cada vez de manera más numerosas. Y ahí me encuentro ahora desde Septiembre, en esta nueva aventura o Misión. Ciertamente añoro Africa y me gustaría aún poder volver y continuar la labor desde allí, bien es verdad que la realidad africana está cada vez más presente en España.