Como estaba previsto, la última reunión de la temporada, antes de que se produzca la diáspora veraniega, tuvo como escenario el avepark privado que José Luis Carranza tiene en sus posesiones de Sámano. Hay poco testimonio gráfico de ello en el video que antecede pues, aparte de la poca predisposición que tienen esos pájaros a dejarse filmar, siempre está el impedimento del tupido enrejado de las jaulas en las que se alojan. Pero los asistentes sí que pudimos contemplar y hasta oír a placer esos increíbles descendientes de los dinosaurios. Lo de oír viene a cuento de un loro que imita a la perfección el timbre de la casa donde anteriormente vivía.
Como era de esperar, José Luis nos llevó a comer al restaurante El Chimbo, con lo que la experiencia ornitológica se completaba toda vez que el chimbo es un pajarito, muy bilbaíno él, que antiguamente se comía frito por nuestros conciudadanos y que, hoy, al igual que con el hortelano francés, es algo que está rigurosamente prohibido. Sin embargo, sí que pudimos degustar un magnífico rodaballo, un excelente lechal y el anfitrión hasta se atrevió con un cocido montañés. Tras una prolongada y amena sobremesa, nos despedimos hasta el próximo setiembre.
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