martes, 18 de enero de 2022

EN LA MUERTE DE ALBERTO ECHEVARRÍA







A Alberto le hacía ilusión cumplir 90 años porque, como decía él con socarronería, muy poca gente muere con más de 90 años. Y a fe que los cumplió. Y no sólo 90, sino que más de 93. Mejor para él y para todos que así pudimos disfrutar de su presencia en este mundo. Lástima que, cuando su deseo y los nuestros parecían imperecederos, una inesperada crisis venciera ayer, 17 de enero de 2022, su prolongada mala salud de hierro. 

Si hay algo capaz de justificar nuestro paso por este mundo es que lo dejemos habiendo intentado cuando menos mejorarlo con nuestras actuaciones. Quien quiera que lo conociera estará de acuerdo en que esa fue una constante vital en la trayectoria de Alberto. Hizo muchas cosas, fue polifacético, y todas las hizo bien. Con él se nos va un compañero, un amigo, un benefactor con los cercanos y los más alejados. Pero, sobre todo, con él se nos va un ejemplo.

José Luis Nagore




1 comentario:

asdoc dijo...

Dicho esta. Y recordando el estribillo de unos ripios que le dedicó el autor de este recordatorio,
"Esto del amigo Alberto/es un caso extraordinario./Es en todo oficio experto/y además nonagenario".